Las exclusiones están presentes en todos los seguros de salud, por más que algunos se promocionen como «integral» o «completo». Estas cláusulas limitantes no restan calidad a la póliza, afectando en muchos casos a prestaciones no esenciales, como la cirugía estética o los partos a domicilio.

En adeslas contratar seguro medico y otras pólizas, las exclusiones son un aspecto a considerar, aunque las mismas afecten sólo a una minoría de contratantes. Es recomendable que el cliente se cerciore de esta mal llamada «letra pequeña», para evitar sorpresas en el futuro y elegir desde un primer momento, una póliza acorde con sus necesidades.

Antes de firmar una póliza de salud, deben revisarse no sólo las coberturas, sino también las exclusiones, que figuran obligatoriamente en el contrato. Es errónea la creencia generalizada de que las carencias se limitan a causas de fuerza mayor (accidentes viales, por ejemplo) o a las dolencias previas del cliente.

Así, las vacunas son percibidas como tratamientos especiales que la mayor parte de las aseguradoras no incluyen en su póliza. En caso de precisar una vacuna no soportada por la Seguridad Social (la de la fiebre amarilla para viajar al extranjero, por ejemplo), el interesado deberá costearla de su bolsillo.

Por su parte, los trasplantes y donaciones quedan fuera de las coberturas del seguro médico. Tampoco la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), ni los partos a domicilio pueden sufragarse con el apoyo financiero de la compañía de seguros.

Respecto a los implantes y prótesis quirúrgicas, una parte del mercado asegurador las contempla entre sus coberturas, mientras que otra las excluye, dependiendo de la póliza.

Las intervenciones de cirugía estética, en cambio, son una exclusión frecuente en la mayoría de las compañías de seguros. La razón es simple: estos tratamientos no responden a una necesidad médica del asegurado, sino a ‘caprichos’ estéticos. No obstante, la cirugía reparadora constituye una excepción.