Rocas naturales: ¿cuáles se utilizan más en el sector de la construcción?
La piedra decorativa y arquitectónica es parte esencial del parque inmobiliario de España y de otros países occidentales. Se utiliza desde tiempos antiguos, y el sector de la construcción seguirá dependiendo de ella en los próximos años. Pero no todas las rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas son aprovechadas en igual medida en este campo.
La durabilidad y cualidades estéticas de la arenisca, por ejemplo, le han garantizado una intensa demanda en la construcción. Esta piedra, mezcla de minerales como la mica, el cuarzo o el feldespato, se distingue por su color beis y su resistencia al tránsito y los cambios de temperaturas, razón por la que recibe un uso extendido en solería. La arenisca también se destina al revestimiento de paredes y encimeras.
La pizarra, por su parte, es un clásico atemporal en el diseño de interiores y exteriores. Se trata de una roca sedimentaria de tonos oscuros y estructura laminada que ofrece una resistencia notable a las inclemencias meteorológicas. Por su escasa porosidad, se emplea con éxito en fachadas, chimeneas y elementos de baño y cocina.
En proyectos en que se busca la máxima dureza, el granito figura invariablemente entre las rocas candidatas. Los geólogos la reconocen como una de las piedras más duras y resistentes de la Tierra. Y es que la humedad, la radiación solar o el ácido no hacen mella en los adoquines y plaquetas de granito.
La elegancia del mármol la han convertido en una elección preferencial en obras de interiorismo. Sirve para revestir paredes, chimeneas, suelos, etcétera, y está disponible en numerosísimos colores y veteados, generalmente bautizados como su lugar de origen: el mármol de Carrara (en la Toscana), de Macael (en la sierra de los Filabres), de Marquina (en el País Vasco), etcétera.
De aspecto similar al granito, la diorita carece de la popularidad de las anteriores rocas, pese a que su uso en construcción se remonta a la época de los egipcios y los sumerios.