Tu negocio ha vivido momentos delicados, pero, tranquilo, no estás solo. Somos muchos los empresarios con negocios de hostelería que nos hemos enfrentado a la tormenta perfecta en los últimos tiempos. Pero cuando se cierra una puerta, se abre una ventana: siempre hay un camino para salir a flote, para reinventarse. Para muchos de nosotros algo tan sencillo como saber llevar una terraza ha sido la tabla de salvación.

Pero no todo ha sido tan sencillo. Desde luego que no todos los negocios de hostelería pueden tener una terraza, porque en ocasiones, sencillamente, no hay espacio para ello. En otras ocasiones también hay que contar con la regulación, los ayuntamientos y con los propios vecinos. Pero, con un poco de tiento y equilibrio, la terraza ha sido uno de los recursos que mejor nos ha funcionado en estos tiempos oscuros.

Pese a todo, aun teniendo la posibilidad de tener una terraza muchos no teníamos experiencia en su gestión. ¿Qué mobiliario debo usar? ¿Dónde comprarlo? ¿Cómo calentar el espacio en invierno y refrescarlo en verano? En nuestro caso, no quisimos tentar a la suerte y como no había problemas de espacio, apostamos por empresas con mucha experiencia en el sector. Por ejemplo, compramos Ezpeleta sombrillas porque nos parecía una solución que se adaptaba al estilo del resto del mobiliario. 

Porque, eso sí, siempre tuvimos claro que la terraza no podía crecer de cualquier manera, sin un patrón concreto, sin un estilo que, de alguna manera, representase el estilo del local y su servicio. Por eso no nos lanzamos a la piscina con la terraza y pensamos bien cómo lo íbamos a hacer a pesar de que era una época muy delicada y todos teníamos un poco de prisa por hacer algo para sentir que podíamos superar la situación. 

Así que además de Ezpeleta sombrillas contactamos con un socio diseñador de espacios para que nos guiara un poco teniendo en cuenta la disposición y el presupuesto que teníamos. Y la verdad es que fue todo un acierto porque se convirtió en nuestra salvación durante muchos meses.