La joyería masculina, tradicionalmente más limitada que la femenina, ha incrementado la variedad de su oferta en décadas recientes. A las cadenas, relojes y alfileres de corbata se han sumado joyas como los collares y pulseras, reservadas a la mujer en los siglos precedentes, al menos en la sociedad occidental.

Los gemelos destacan entre las joyas más demandadas entre los varones de ayer y de hoy. Se comercializan en infinidad de diseños, materiales y estilos, con piezas tan innovadoras como los Gemelos Antora en vigo y de otras firmas vanguardistas. Debido a su reducido tamaño y discreta presencia, el coste de estos productos no es desorbitado, por más que puedan elaborarse en oro y plata y se adornen de piedras preciosas. 

Por su parte, los alfileres y pasadores de corbata son otro clásico indiscutible. Este accesorio permite fijar la corbata a la camisa y darle un toque elegante y vistoso. Esta joya se elabora mayoritariamente en plata y acero inoxidable, aunque pueden encontrarse alfileres en otros metales nobles. Los diseños con cadena agregan un elemento colgante de metal que aporta una mayor distinción a su portador.

Las cadenas y collares son joyas que destacan por su simplicidad y minimalismo. La plata, el acero y el oro son los metales más utilizados. Con frecuencia, se complementan con cruces, anillos nupciales, motivos decorativos e incluso placas militares.

Además del anillo de boda, los consumidores masculinos tienen a su disposición una amplia gama de estas joyas, diseñadas en metales nobles y embellecidas con gemas, pedrería, etcétera. Los anillos basados en monogramas con el propio apellido han ganado popularidad en los últimos años. Más tradicionales son los anillos tipo sello, que proporcionan un espacio extra para agregar gemas, piedras preciosas o monogramas. Las pulseras también han dejado de ser ‘territorio’ exclusivo de la mujer, pues cada vez más usuarios deciden utilizar esta clase de joyas en su día a día.