Mi nueva casa
La mayoría de la gente que cambia de casa suele ir ganando metros cuadrados a medida que se aleja del centro de las ciudades. Suele ser así porque la familia va creciendo… y los precios también. Es por ello que se ven obligados a optar por casas más grandes, pero más alejadas del centro de la ciudad. Yo he hecho al revés. No tengo cargas familiares y no necesito tanto espacio.
Cuando llegué a Madrid opté por un piso grande porque estaba acostumbrado. Y me fui a las afueras porque creía que me iba agobiar en el centro al no estar familiarizado con el ajetreo de una ciudad así. Pero pronto empecé a echar de menos ese ajetreo. Así que he hecho el camino inverso a la mayoría de la gente: de las afueras al centro perdiendo espacio.
Pero ya que pierdo espacio en mi nueva casa he apostado por cuidar mucho los detalles para hacerme sentir como en casa: y que menos espacio no signifique menos comodidad ni satisfacción. Me está llevando tiempo pero lo estoy pasando bien. En la otra casa no había prestado mucha atención a la decoración porque nunca había tenido una casa tan grande para mí solo: ahora es diferente.
En la cocina he colocado un estor paqueto de color crema que me recuerda a la casa de mi madre: de bien nacido es ser agradecido y quiero tener un trocito de mi casa familiar en mi nuevo hogar. La verdad es que me gustan bastante los estores. Es cierto que las persianas tradicionales son útiles, pero son demasiado frías en el sentido estético. Y las cortinas más tradicionales para toda la casa me resultan un poco aburridas. Por eso he pensado que voy a colocar estores en la mayoría de estancias, pero intentando variar el tipo de estor.
Por eso, además del estor paqueto de la cocina he pensado en uno con lamas de colores para el dormitorio y un estor de tipo panel japonés para el salón. He encontrado un sitio que los hacen a medida y los dejan perfectos. Aunque mi nueva casa sea pequeña, lucirá espléndida.