Desde pequeño tuve problemas dentales, pero por diversas circunstancias no pude solucionarlos a tiempo. Ya siendo adulto ha sido más complicado (y costoso) aunque los problemas más delicados ya han sido solventados. Con todo, todavía no me sentía totalmente satisfecho de mi dentadura. A nivel de salud bucodental ya estaba bien, pero no desde un punto de vista estética. Tampoco quería que fuera perfecta, pero al menos sentirme más seguro conmigo mismo.

Me gustaría decir otra cosa, que me da igual lo que piensen los demás, pero la realidad es que sí que me afectan esa clase de cosas. Soy sincero porque somos humanos y sé cómo pensamos. Y cuando tienes un trabajo en el que estás constantemente tratando con gente es importante el aspecto físico y la autoestima. Cuido mucho mi ropa cuando trabajo y también debo cuidar mi aspecto. Por eso busqué una forma de terminar de arreglar los dientes con carillas dentales en Vigo.

Acudí a mi dentista de toda la vida para que me diera información al respecto. Dadas las circunstancias de mi dentadura no era necesario otro tipo de actuación más compleja, como una ortodoncia. Se trataba más bien de qué hacer con algún hueco que me había quedado entre los dientes por no haber usado aparato de pequeño algo que se me recomendó y finalmente no se pudo hacer.

En este sentido, las carillas parecían una buena y rápida solución. Se trata de unas piezas pequeñas de porcelana diseñadas a medida que tienen por objeto disimular esas pequeñas imperfecciones que tenemos a veces en la dentadura. Como digo, en mi caso no se trataba de algo demasiado visible, pero a mí me estaba afectando y quería buscar una solución. Con las carillas dentales en Vigo parecía haberla encontrado. 

Por supuesto, el precio de estos tratamientos también es algo que deba valorarse, pero después de los gastos que había hecho estos años, y de la lección que aprendí de mi juventud, no tengo dudas de que, si hay que invertir en algo siempre va a ser en la salud, que luego uno siempre se arrepiente si no lo hace a tiempo.