¿Mejor tarde que nunca?
Cuando cumplí 30 años, algunas de mis mejores amigas ya tenían hijos, pero a mí ni se me pasaba por la cabeza: estaba en un momento decisivo en mi carrera profesional y nunca me he creído eso de la ‘conciliación laboral’ porque, a día de hoy, no existe. Tampoco tenía una pareja fija y no me veía criando al niño yo sola.
Cuando cumplí 35, mi trabajo se había estabilizado, pero seguía sin la motivación necesaria para ser madre. Pero en aquella época ya empecé a mirar alternativas en el caso de que a ‘última hora’ quisiera serlo. Tenía alguna amiga que había decidido ser mamá a los 40, incluso alguna que no lo había ‘decidido’, sino que había llegado…
Poco antes de cumplir 40 años me llegó el momento. Me vi preparada espiritualmente, pero también era consciente de que biológicamente una mujer se puede encontrar con más problemas si decide ser madre a esta edad. Por suerte, ya estaba preparada y, además de mis amigas, tuve la asesoría que necesité en la clínica de inseminación artificial.
Sí, he decidido ser madre soltera con 40 años. He tenido algunas parejas a lo largo de mi vida, pero nunca han pasado de dos o tres años. Al principio, llegué a pensar que tenía algún problema por ello, pero luego me di cuenta de que era mi carácter y no me apetecía pedir perdón por no tener marido. Me gustan los hombres, pero me gusto más yo. Y yo me siento mejor sin pareja fija.
Pero tampoco quiero sonar altiva: es un hecho que criar a un hijo una persona sola, sea hombre o mujer, es más difícil por una cuestión de tiempo, principalmente. Lo de que el niño necesite una figura paterna y materna, ya no lo tengo tan claro aunque es lo que siempre se ha dicho.
De cualquier manera, mi situación es la que es y no la puedo cambiar. Ser mamá a los 40 es para mí un reto, para el que me he preparado a conciencia. Solo quedan tres meses para que llegue mi niña y no puedo ser más feliz.