Es una creencia errónea el pensar que el acné es algo propio de la adolescencia y que todo el mundo tiene que pasar por esa etapa. Algunos padres, cuando sus hijos comienzan a presentar acné, les explican que es algo que sucede a determinadas edades pero que pasará con el tiempo y que tan solo hay que lavarse bien la cara y esperar a que todo vuelva a su cauce.

Pero lo cierto es que el acné es un problema de la piel que, si bien tiene relación con las hormonas y por tanto es muy habitual en la adolescencia, tiene tratamientos que permiten que los brotes sean mucho más suaves, pero también evitan consecuencias como las cicatrices que luego resultan muy complicadas de borrar.

Cuando un joven comienza a tener acné, lo mejor es derivarlo a un dermatologo especialista acne. Este realizará un estudio personalizado de su piel y verá qué zonas son las más afectadas por el problema. Tras esto, podrá dar un tratamiento para tratar ese tipo de acné y los lugares en los que han salido.

Es normal que el dermatólogo ofrezca también unas buenas pautas de limpieza para que el joven se acostumbre a limpiar muy bien su piel al final de día, eliminando todos los restos de contaminación del aire y también de los productos de belleza que pueda estar usando. Y también por la mañana, eliminando el sudor de la noche y las secreciones de grasa que se hayan podido producir.  Una correcta hidratación de la piel, con productos no grasos, es también esencial para que la piel se vea perfecta.

Hoy, los estudios apuntan a que no hay una verdadera conexión entre el acné y la dieta, por lo que es habitual que no haya comidas prohibidas. No obstante, algunos alimentos pueden causar ciertas reacciones en la piel como escozor o granos, lo que si se une al problema del acné complica mucho más las cosas. Por eso, todavía se prohíben algunos alimentos, aunque no suele ser de manera general, sino sólo a aquellos que demuestran una sensibilidad a los mismos.

El uso de maquillaje no es incompatible con el acné, tal como pensaban antes, pero es importante elegir bien los productos de belleza, algo a lo que el dermatólogo puede ayudar con sus consejos y con su experiencia.