Cómo preparar el rostro para tomar el sol
Cuando llega la primavera comenzamos a pensar en tomar el sol, en disfrutar del calor y en empezar a tener un bonito bronceado. Pero es importante preparar correctamente la piel para que el bronceado sea mucho más bonito y no suponga una agresión para nuestro rostro.
El primer paso es acudir a una clínica dermatológica especializada en tratamientos estéticos para que analicen nuestra piel y nos indiquen cuáles son los tratamientos más adecuados para nosotros. Pero hay una serie de tratamientos estándar que siempre vienen bien y que suelen ser las rutinas de referencia para muchas personas antes de comenzar a tomar el sol.
Entre los tratamientos cara más adecuados para realizarse en primavera cabe destacar dos:
-El peeling. El peeling o exfoliación consiste en un tratamiento para retirar todas las células muertas de la piel del rostro. Hay diferentes tipos de exfoliación, desde las más suaves hasta las más profundas. Un peeling profundo suele ser lo más adecuado en esta época del año, limpiando en profundidad la piel y dejándola lista para que el bronceado sea mucho más regular.
-La hidratación profunda. Tras una limpieza a fondo toca una hidratación profunda mediante tratamientos estéticos avanzados que no solo afecten a la parte más superficial de la piel, sino que penetren a las capas más profundas que es a dónde las cremas de todos los días no pueden llegar. Hay que tener en cuenta que el sol va a deshidratar la piel y que si esta no está en las mejores condiciones se notará mucho esta deshidratación, causando un envejecimiento prematuro y la aparición de marcas de expresión, de arrugas y la pérdida de la luminosidad.
Con estos tratamientos, lo normal es que el rostro esté perfectamente preparado para tomar el sol, pero es importante que el dermatólogo indique qué tipo de crema debemos de usar para proteger toda la piel y en especial la del rostro, cuello y escote, zonas delicadas expuestas durante todo el día.
Usar correctamente los productos protectores nos ayudará a que el sol solo nos aporte lo bueno, sin que corramos riesgo de manchas, envejecimiento prematuro de la piel o riesgo de cáncer. El uso de los protectores debe de combinarse, como el resto del año, con una buena rutina de hidratación de la piel y de limpieza diaria para que nos veamos fantásticamente bien y el moreno dure mucho más tiempo.