El mando del garaje de tu comunidad, el más seguro
En una comunidad de vecinos puede ser complicado controlar quién tiene acceso a un garaje. Por eso, en muchas de ellas se están comenzando a instalar mandos especiales de seguridad. El duplicado de mandos Vigo de este tipo tiene que estar realizado solo por las personas autorizadas. Es decir, si la comunidad establece que se van a dar dos mandos por plaza de garaje y un vecino quiere hacer copias para darles a sus hijos, no podrá hacerlo. En el caso de que un mando se pierda, tendrá que hablar con el administrador o el presidente de la comunidad para que le proporcione otro mando.
Normalmente, cuando esto sucede, se cambia el código de todos los mandos para que el mando perdido deje de funcionar. Lo mismo sucede cuando un inquilino no devuelve el mando del garaje. De este modo, se evita que estén circulando copias del mando por todas partes y que, al final, cualquiera tenga acceso a las instalaciones.
Este tipo de mandos suelen estar protegidos de los métodos de copia a distancia más habituales. Se trata de aparatos que captan la señal de nuestro mando al abrir la puerta y que pueden luego reproducirla. Es algo que hacen algunos ladrones, estacionando cerca de un garaje con uno de estos aparatos de copiar. Cuando entra un vecino, tienen de forma automática acceso al interior y puede robar a sus anchas.
Uno de los métodos de seguridad es el de ofrecer claves que varíen de manera que, aunque copien la señal, esta no volverá a funcionar cuando se intente entrar. Es cierto que este tipo de sistemas son algo más caros, pero son muy seguros y los vecinos tendrán la tranquilidad de saber que no van a entrar en sus vehículos o incluso llevárselos.
Además, en algunos casos, el tener acceso al garaje da también acceso al edificio, a la viviendas, por lo que el ladrón puede así subir a las plantas sin tener que pasar por el control de portería o llamar a un piso para que le abran la puerta.
Unas instalaciones seguras son trabajo de todos los vecinos, que deben de ser cuidadosos con las copias de sus mandos y que no solo deberían de contribuir a instalar medidas más seguras, sino que deberían de exigirlas para poder disfrutar de un edificio tranquilo y con garantías.