Uno y mil usos del queso parmesano en gastronomía
El queso parmegiano reggiano o parmesano figura en el olimpo de la gastronomía italiana. Debe su nombre a la provincia de Parma, cuenta con Denominación de Origen, y se elabora con leche de vacas de raza frisona. Además de su uso como aderezo para pizzas y platos de pastas, este producto quesero cuenta con infinidad de aplicaciones en el ámbito culinario. Y no hace falta desembolsar una fortuna en marcas gourmets para disfrutarlo, pues incluso el parmegiano reggiano barato satisfará a los paladares más exigentes.
El permesano es bienvenido, por ejemplo, en carpaccios y ensaladas de verduras. Debido a su inmejorable sabor y riqueza en organolépticos, este queso es buen compañero de diversas hortalizas, en forma de rayaduras o fragmentos aliñados en aceite vegetal y salsas varias. Este uso del parmesano no es tan atípico como pueda parecer, y la prueba son las berenjenas a la parmesana, plato muy popular de la cocina italiana.
Aunque pueda sorprender, el parmesano también combina de manera excelente con frutas como la manzana o la pera y con frutos secos como las nueces, los hijos o las avellanas. Agregados a carnes y pescados, el queso permesano tiene el poder de realzar sabores con intensidad. Buen ejemplo de este uso son los filetes de ternera a la parmesana. Ni qué decir tiene que este producto quesero no es incompatible con bebidas tradicionales. Tanto es así que el parmesano armoniza con vinos tintos, siendo este maridaje uno de los muchos posibles.
Finalmente, deleitarse con el parmegiano reggiano no exige ningún derroche de imaginación. Son suficientes una rebanada de pan y unas gotas de aceite de oliva extra o de vinagre, combinación que constituye un aperitivo magnífico. Gracias a su versatilidad, este queso se ha ganado un puesto de honor en la cocina de cualquier entusiasta de la buena gastronomía.