Aprende a hacer auténticos frixuelos asturianos
Los frixuelos son una variedad de crepes típicos de Asturias y uno de los postres más socorridos para hacer en casa porque resultan fáciles, sabrosos y se pueden combinar con muchas cosas, lo que hace que gusten a casi todo el mundo. Para preparar los frixuelos necesitas medio litro de leche asturiana entera, cuatro huevos, 200 gramos de harina, azúcar al gusto, una pizca de sal y un chorrito de anís o de coñac opcional. También es necesario aceite de oliva suave.
En un cuenco se vierte la leche, la harina, los huevos, la sal y el licor si se opta por añadirlo, no hacerlo si los frixuelos los van a consumir niños. Se bate con la batidora hasta conseguir una masa líquida pero ligeramente espesa. También se le puede añadir, si apetece, la raspadura de un limón o aromas de vainilla o de anís.
Una vez que ya tenemos el preparado para los frixuelos cocinarlos es sencillo, aunque requiere algo de práctica. Se calienta una sartén del tamaño que se prefiera y se le añade una gotita de aceite que se debe de extender por toda la base. El truco de las abuelas era envolver en una cuchara un trozo de paño blanco que se empapaba de aceite y frotar con él el fondo de la sartén. Pero hoy es mucho más fácil hacerlo con una lengua de silicona.
A continuación, se añade una cantidad de preparado suficiente para cubrir el fondo de la sartén creando una capa fina. En algunas familias los frixuelos se hacen algo más gorditos, pero la manera tradicional es que sean finos. Es lógico que los dos o tres primeros no salgan bien, ya que hay que tomar la medida más adecuada de la masa y coger el punto a la sartén.
Cuando el frixuelo está dorado por los lados y empieza a levantarse es el momento de darle la vuelta. Aquí, cada maestrillo tiene su librillo y la gente con experiencia lo hace con los dedos con rapidez. Pero yo recomiendo hacerlo ayudándose de la lengua de silicona para evitar quemaduras. Si están bien hechos no se romperán y se girarán con mucha facilidad.
Una vez hecho por los dos lados, se coloca en el plato y se le espolvorea un poco de azúcar por encima. Cada nuevo frixuelo se coloca encima del anterior y con su propio calor ayuda a que el azúcar del anterior se funda y se distribuya. Un último consejo: evita que haya nadie más en la cocina o no verás crecer tu plato de frixuelos, porque irán desapareciendo según los cocines.