4 trucos para conseguir las mejores manualidades
- Sé consciente de tus límites. Si eres novato en las manualidades, por ejemplo restaurando muebles, empezar por el mueble del salón puede ser una mala idea porque es un proyecto grande que te va a llevar mucho tiempo y que te va a obligar a enfrentarte con dificultades para las que no tienes experiencia. Comienza por una caja de madera, una mesa pequeña o incluso un cabecero si eres una persona mañosa. Cuando hayas realizado algunos trabajos más pequeños, podrás afrontar retos de mayor tamaño con muchas más posibilidades de éxito.
- Usa buenos materiales. Muchas manualidades pueden realizarse con productos reciclados, por ejemplo, convertir unos vaqueros viejos en una bolsita puede ser un trabajo manual muy apañado. Pero si ya tienes que comprar materiales como pinturas, asegúrate de comprar esmaltes de calidad porque estos trabajos más elaborados llevan muchas horas de esfuerzo y pueden acabar estropeándose porque se use una pintura barata o un pincel que no es adecuado. Si por el contrario compras buenos productos, verás como a la larga te compensan porque te durará mucho más tiempo tu trabajo y se verá mucho más hermoso.
- Haz pruebas cuando es necesario. Por ejemplo, antes de pintar una figura que hayas hecho o de darle una mano a un mueble que estés restaurando, puedes pintar en una zona que no se vea para ver el efecto de la pintura y si te gusta cómo queda. Deja que seque y una vez que está listo podrás decidir si quieres pintar todo el mueble o lo que corresponda. Los colores, a menudo varían cuando van secando y una vez que has pintado todo puedes volver a pintar por encima, sí, pero habrás perdido tiempo y dinero sin necesidad.
- Ten paciencia. No se trata de acabar los trabajos rápido. Hay veces que es necesario invertir mucho tiempo para un paso pequeño, pero cada paso del trabajo tiene una función y tienes que invertir ese tiempo para que el resultado final sea todo lo bonito que deseas. No olvides que se trata de ejercitar la mente, las manos y de disfrutar con lo que se hace, no de acabar rápido sin más. La paciencia también es necesaria para respetar los tiempos de los productos, por ejemplo el tiempo que tarda en secar un barniz y una pintura antes de poder continuar trabajando en tu proyecto.