4 trucos para conseguir el mejor chocolate a la taza
- Elige un chocolate la taza de calidad. Lo mejor es que sea en polvo, pero puede ser también en tableta. Lo importante es que tenga un excelente sabor y que sea de calidad ya que algunos chocolates no acaban de espesar porque no están pensados realmente para ser tomados de esta forma. Un buen chocolate espesa, queda cremoso y no hace grumos y no es necesario añadir nada para que esto ocurra. Es preferible que el chocolate ya tenga azúcar para evitar tener que añadirlo ya que es fácil que se nos queme.
- También tienes que elegir con cuidado la leche que vas a usar para el chocolate. Tienes que saber que puedes hacer chocolate con leche normal, leche sin lactosa o con bebidas vegetales. Incluso con agua. El sabor será muy distinto en función de lo que elijas. La leche sin lactosa suele ser la peor elección, ya que no queda tan bien como el resto, sobre todo algunas marcas, seguramente debido a la cantidad de lactasa que tienen. Por lo demás, si quieres un chocolate muy cremoso, usa leche entera ya que la grasa le dará una textura especial.
- No dejes de revolver en ningún momento. Pon a fuego medio/ bajo la leche y el chocolate en la cantidad indicada por el fabricante. Revuelve todo el rato deshaciendo el chocolate y los grumos y evitando que se pegue en el fondo. Vas a notar como pasados unos minutos la mezcla comienza a espesar. Si una vez que empieza a espesar notas que no va a más y queda demasiado líquido, puedes añadir un poco más de producto y revolver durante unos minutos más. Ten en cuenta que al quitarlo del fuego y enfriar un poco el chocolate va a espesar algo más, por lo que si te pasas quedará excesivamente pesado.
- Dale un toque final personalizado con un poco de canela o de nata. La nuez moscada o la cayena pueden darle también un toque diferente, pero tienes que tener cuidado y añadir muy poca cantidad. Es mejor quedarse cortos y añadir algo que pasarse, ya que se trata de especias muy fuertes que pueden hacer que el chocolate quede ideal en su punto justo o que resulte incomible en el caso de que te excedas. Lo mejor es que cada persona añada a su gusto lo que quiera.