Desde hace más de veinte años que no voy de visita a las islas Cíes y en verdad me arrepiento mucho porque es un sitio en el que te relajas nada más llegar. A mi nunca me gustó hacer las caminatas que nos obligaban a hacer en el colegio para ver cosas desde los miradores pero hoy en día aconsejo a todos los que vayan a las cies visitar por lo menos el faro grande que hay que subir una montaña pequeña en zig zag. Las primeras veces que subí por ahí me dijeron los profesores que tuviésemos cuidado con las gaviotas, ya que por todo el camino había polluelos que estaban custodiados por sus padres desde la distancia. Me impresionó mucho cuando ví cómo los padres gaviotas echaban a sus polluelos del camino a picotazos, me pareció mejor que atacaran a sus polluelos que nos atacaran a nosotros que no habíamos hecho nada. Lo que era subir hasta el faro era bastante duro porque hay que subir constantemente pero una vez que habíamos subido hasta la cima donde está el faro ya nos dejaban ir a nuestro aire y bajábamos la montaña corriendo para encontrar un buen sitio con sombra para poder comer tranquilos y no tostarse al sol. Porque para ir a las islas cíes lo primero que tienes que saber es que allí el sol pega con mucha fuerza y hay que ir preparado con crema y si se puede con una sombrilla, porque no es la primera vez que vuelvo de pasar un día en las islas cíes y he vuelto completamente quemado a causa del sol. 

En las islas cíes lo he pasado muy bien, pero eso es porque la gran mayoría de las veces he ido con mis amigos y mis compañeros de clase por lo que nos pasábamos el día jugando a lo que nos gustaba y como los profesores por norma general nos dejaban a nuestro aire hasta una hora en la que teníamos que estar en el muelle para coger el barco de vuelta y que no hubiese ninguna clase de problema.